Por favor lea estas escrituras de la palabra de Dios, créalas y tómelas para usted. Esto me dio Dios para usted: JESÚS DIJO: (Juan 3:16-17) Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel (USTED TAMBIEN) que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. (Romanos 5:8) Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. (Lucas 19:10) Porque el Hijo del Hombre (Jesús) vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. (1 Corintios 6:9-10) ¿No se dan cuenta de que los que hacen lo malo no heredarán el reino de Dios? No se engañen a sí mismos. Los que se entregan al pecado sexual o rinden culto a ídolos o cometen adulterio o son prostitutos o practican la homosexualidad o son ladrones o avaros o borrachos o insultan o estafan a la gente: ninguno de ésos heredará el Reino de Dios. (Hechos 17:30) Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan. (1 Juan 1:8) Si afirmamos que no tenemos pecado, lo único que hacemos es engañarnos a nosotros mismos y no vivimos en la verdad. (1 Juan 1:9) Pero, si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. (Marcos 3:28) De cierto os digo que todos los pecados (cualquiera que sean) serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean; (1 Juan 2:2) Jesús mismo es el sacrificio que pagó por nuestros pecados, y no sólo los nuestros sino también los de todo el mundo. (Hechos 4:12) Y en ningún otro hay salvación; (Solo en Jesús: entienda esto) porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. (Hechos 3:19) Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. (Juan 5:24) De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. (Romanos 5:1) Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. (Romanos 8:1) Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús. Que Dios le diga esto en el día del Juicio: (Mateo 25:34) Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
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